miércoles, 26 de septiembre de 2012

Delimitar mis límites.


¿Crees que el alma existe? Bien, comenzamos bien.

Creo que lo mejor de la vida no se ve, no se explica, no tiene forma, color, solo un gran poder. Y es que como podemos ver nuestros sueños, si están cerrados nuestros ojos, como sentimos un beso, como podemos amar a pesar de grandes distancias, tener grandes, simples o complejas ideas, si no las ve nadie en nuestra mente. Y es que la percepción es la boca que come todas las sensaciones y le permite a nuestro cuerpo tener el placer de saborearlas.

Cada vez que siento vibrar todo mi ser, una media luna en mis labios y el típico nerviosismo en las manos, además le agregamos el doble trabajar a mis pulmones, esa manera tan rápida de respirar que me caracteriza; entregarlo todo, confiar plenamente sin ninguna restricción, pensando que todos son bondadosos, sin conveniencias y que en cualquier momento podríamos caminar juntos en la misma dirección.

Hoy, aquí sentada en la silla mecedora, ahogada en silencio pero pensando a gritos; cansada, con años de mas, con la piel de pasa y un poco jorobada, necesitando algo más para caminar y una mirada atormentada pero muy profunda, sin fondo.

Recuerdo todo aquello que alguna vez sentí, cierro los ojos, inhalo profundo y puedo volver a sentirlo. Miro a mi alrededor, lentamente pero seguro y no veo ningún centavo que haya tenido. No queda nada, nada más que cada lucha ganada, pero también recuerdo el dolor de las guerras perdidas.

Cada experiencia que hoy limita mi conocimiento pero a la vez origina que sea sabía, inteligente, que pueda contar historias porque puedo comparar, confrontar y aprobar palabras. Me obligo a delimitar mis límites, aunque me falte fuerza, aunque no pueda correr pero si me sienta capaz de alcanzar lo que aún anhelo.

Y hoy, en el desenlace de mi vida, bautizando mi voz como experiencia, te digo que trabajes, que construyas y no destruyas, que prometas menos y resuelvas más, que des sin esperar recibir y que digas mejor ahora que mañana, porque esta anciana te asegura que no hay mañana.

Ella expresa esto con verdad.


Ya existía desde antes de que ella naciera. Libre, tierna, indefensa, tan pequeña, pero tan grande para los demás.
Su primer paso fue difícil, la caída de la bici dolió, el último día de secundaria era nostálgico, su primer amor perfecto y la entrada a la universidad temerosa, temerosa la sensación a todo lo desconocido.

Ella es parte de la sociedad, evoluciona con cada etapa, cada logro, con cada caída, además ella cree, cree en algo. Mística algunas veces y otras un tanto incrédula. Si lo crees, lo tienes, lo sientes, ella lo llama fe. No sabe mucho sobre él, pero lo ama. Ama la vida y cree en el amor.

Construye su verdad con cada conocimiento que adquiere. Aunque olvida fácilmente puede recordar cada detalle.
Ataduras, miedos, desconfianza y muchas decepciones es lo que la sociedad le ha enseñado. Ella tiene un arma muy importante, poderosa e interminable, la paz. Ella puede luchar junto a ella, es bastante vieja pero demasiado sabía, ya existía desde antes que ella naciera, lucharía junto a la vida.

Porque está dispuesta a llegar tan lejos como la razón la guie y la evolución humana trascienda.

Ella expresa esto con verdad, pero también con la certeza que para los demás no vale nada, así como los cuadros de Miguel Ángel, para algunos manchas de pintura, para los que reflexionan, se ponen en el lugar de los otros, para los sabios, es arte.

viernes, 21 de septiembre de 2012

T H I N K

                          T H I N K 

Tómala, vívela, disfrútala, aprovéchala, sonríele y te dará amor.


¡Por fin¡ que me decido ir al centro comercial, a la primera tienda a la que decidí entrar, fue a esa, pintada color rojo, creo que es donde la mayoría de las personas entran, pero también creo que es donde más dudan en comprar, dure varios minutos ahí dentro hasta que compre la bolsa más grande de amor. Después me dirigí hacia otra tienda esta era color blanco, cando entre había uno que otro cliente, algunos entraban por primera vez y otros solo miraban por fuera, ahí dure un buen rato, al principio me sentía rara de estar ahí, nunca había sentido algo parecido, pero luego agarre confianza y no quería salir, después de un buen rato, que me decido a comprar la caja más grande de paz, era más o menos igual a la bolsa del amor. 

Después entre a otra tienda justo enfrente de la paz, ahí vendían  sinceridad, ¿puedes creer que apenas había un valiente dentro? ¡Yo tampoco!, en la entrada había un gran letrero que decía: demasiada sinceridad es fatal; entre decidida a comprar, ya la había adquirido antes aunque era difícil llevarla a todas partes, con el tiempo aprendí a comprar solo la suficiente. 
¡Wow! que gran tienda, grande y espaciosa, grande y amplia, grande muy grande, pero un poco vacía, había una que otra persona dentro y se distinguían fácilmente. Cuando entre no sabía si adquirir la bolsa pequeña, la grande o tal vez la mediana;  recordé cuando ayude y nadie lo agradeció, era difícil comprar ayuda, pero era necesario adquirirla. Que me atrevó y compró una bolsa enorme, en la que fácilmente cabría todo aquel que lo necesitara incluyéndome yo, ayuda,  en esto gaste bastante.

Luego camine hasta llegar al lugar donde vendían la humildad, solamente obtuve lo necesario, ni más ni menos, la necesaria para que la soberbia no tocara mi ser. Tolerancia, fue la siguiente parada, necesitaba urgente comprar, ya que se me había terminado de la última vez que la había adquirido. La necesaria a mi carrito y salí de esa tienda. Un poco más de lo necesario no estaba de sobra. Un poco desilusionada, si, o tal vez muy desilusionada;  por qué todas las personas lo conocemos y es el que más fácil olvidamos.  Objetivables somos desde el vientre materno y no lo recordamos ni porque tenemos la capacidad de pensar. Respeto, un buen frasco a la cuenta y seguimos de compras. 

Pasión por sentir, pasión por creer, pasión por vivir. Agarre justo lo que me satisfacía y un poco más, por si algo olvidaba. La siguiente tienda era muy abstracta, cada persona la podíamos ver de una manera muy personal, incluso cada persona teníamos una definición única de la belleza. Había bolsas de todos tamaños, de todos colores, incluso no solo te la ponían en bolsas, había cajas, frascos, infinidad de  variedad dentro de la tienda. El local también estaba dividido en dos: interna y externa; ¿en cual crees que había mayor cantidad de compradores?  Yo tampoco lo podía creer, pero la interna estaba vacía. Creo que mientras siga importando más el color de piel que el del alma, la belleza interna seguirá muy olvidada.
Durante muchos años creí fielmente en que existía, durante mucho tiempo la considere lo mejor de mi vida, entregaba mi amor, mi confianza, hasta lo que no daba a mi familia, hasta que de pronto deje de creer en ella. Deje de pensar que existía, comencé a tener dudas y hasta ahora no se si exista la amistad. Aunque tengo amigas increíbles en mi vida, a veces algunas personas hacen negarme a  concebir la palabra amistad. En la tienda compre mucha amistad, quiero volver a cerrar los ojos y sentirla recorrer mi vida, cada momento que paso y compartirle cada sonrisa que saco. La amistad es maravillosa, lo mejor de la vida, pero es difícil, muy difícil encontrarla; por eso mi carrito de compras sí que se llenó de amistad. Muchas veces son necesarios, ni siquiera requieren de una palabra. Son el consuelo de la vida, de una lágrima. Son la declaración de amor, son la afirmación de cariño. Si vienen de personas especiales, se convierten en los mejores recuerdos. Si vienen de la persona amada te recuerdan que eres especial. Y si vienen de alguien que extrañas, son el regreso más significante.  Sonrisas y abrazos,  los necesarios para que jamás me hagan falta, porque me siento más segura cuando sonrió, por eso compre muchas. Porque son el mejor consuelo, por eso muchos abrazos. Felicidad, aunque es un estado permanente de mi vida, algunas veces siento que está por terminarse. Felicidad para todo, para lo especial, para cuando veo al chico guapo del que estoy enamorada, para cuando voy a una fiesta, para cuando no hago nada, para cuando duermo, para que nunca se agote. Fuera de una tienda decía: ideas, cuando entre la tendera me dijo que no era literalmente una tienda, que era más bien una exposición de las mejores ideas de todos los tiempos, cuando comencé a ver me encontré con cosas como las siguientes: Con un sueño tú puedes crear una compañía de 1 billón de dólares, Sam Walton. Con una idea puedes influenciar a miles de vidas, Ray Kroc. Con un objetivo puedes conectar a todo el mundo, Mark Zuckerberg. Con tu imaginación puedes cambiar el universo, Walt Disney. No se venden, llegan si te encuentran valiente. 

Me llevó todo el día de compras, que si amor, que me da un poco de amistad, que un tanto de ayuda, que tolerancia, que me pone un poquito más de humildad y recorrí cada tienda de ese extraño centro comercial, si, muy extraño, ¿o tú conoces uno así? pero para mi sorpresa, cuando por fin pensé que había terminado y que podía ir a casa con las manos llenas de bolsas, cajas, envases y todo eso que compre, que me topo con otra tienda, estaba al final de todas, era más grande que ninguna otra, había mucha gente, de todas edades, variadas nacionalidades, que unos pobres, que otros ricos, que unos soñadores y otros pragmáticos, de todo un poco. Era tan grande que me dio mucha curiosidad por entrar y por saber que era lo que vendían ahí, cuando entre, todo era muy conocido, había una que otra persona que había visto antes, todos caminaban, algunos de prisa, otros lentamente, algunos tomaban el taxi otros el autobús, y los más pudientes su auto. Yo no comprendía lo que vendían ahí, hasta que entendí, es la tienda más grande de todas, si digo de todas es de todas, pero no cuesta nada lo que puedes adquirir ahí, es gratis. Cualquiera puede tomarla o dejarla. Todos podemos decidir sobre ella. Incluso ella también te puede dar todo lo que yo compre en el centro comercial, gratis, todo es gratis. Está llena de placeres, de amigos, de plenitud, de sonrisas y algunas veces también te regala abrazos. La vida está aquí contigo, tómala, vívela, disfrútala, aprovéchala, sonríele y te dará amor.