¡Por fin¡ que me decido ir al centro comercial, a la primera tienda a
la que decidí entrar, fue a esa, pintada color rojo, creo que es donde la
mayoría de las personas entran, pero también creo que es donde más dudan en
comprar, dure varios minutos ahí dentro hasta que compre la bolsa más grande de
amor. Después me dirigí hacia otra
tienda esta era color blanco, cando entre había uno que otro cliente, algunos entraban
por primera vez y otros solo miraban por fuera, ahí dure un buen rato, al
principio me sentía rara de estar ahí, nunca había sentido algo parecido, pero
luego agarre confianza y no quería salir, después de un buen rato, que me
decido a comprar la caja más grande de paz,
era más o menos igual a la bolsa del amor.
Después entre a otra tienda justo
enfrente de la paz, ahí vendían sinceridad, ¿puedes creer que apenas
había un valiente dentro? ¡Yo tampoco!, en la entrada había un gran letrero que
decía: demasiada sinceridad es fatal; entre decidida a comprar, ya la había adquirido
antes aunque era difícil llevarla a todas partes, con el tiempo aprendí a
comprar solo la suficiente.
¡Wow! que gran tienda, grande y espaciosa, grande y
amplia, grande muy grande, pero un poco vacía, había una que otra persona
dentro y se distinguían fácilmente. Cuando entre no sabía si adquirir la bolsa
pequeña, la grande o tal vez la mediana; recordé cuando ayude y nadie lo agradeció, era
difícil comprar ayuda, pero era
necesario adquirirla. Que me atrevó y compró una bolsa enorme, en la que fácilmente
cabría todo aquel que lo necesitara incluyéndome yo, ayuda, en esto gaste bastante.
Luego camine hasta
llegar al lugar donde vendían la humildad,
solamente obtuve lo necesario, ni más ni menos, la necesaria para que la
soberbia no tocara mi ser. Tolerancia, fue
la siguiente parada, necesitaba urgente comprar, ya que se me había terminado
de la última vez que la había adquirido. La necesaria a mi carrito y salí de
esa tienda. Un poco más de lo necesario no estaba de sobra. Un poco desilusionada,
si, o tal vez muy desilusionada; por qué
todas las personas lo conocemos y es el que más fácil olvidamos. Objetivables somos desde el vientre materno y
no lo recordamos ni porque tenemos la capacidad de pensar. Respeto, un buen frasco a la cuenta y seguimos de compras.
Pasión por sentir, pasión por creer,
pasión por vivir. Agarre justo lo que me satisfacía y un poco más, por si algo
olvidaba. La siguiente tienda era muy abstracta, cada persona la podíamos ver
de una manera muy personal, incluso cada persona teníamos una definición única
de la belleza. Había bolsas de todos
tamaños, de todos colores, incluso no solo te la ponían en bolsas, había cajas,
frascos, infinidad de variedad dentro de
la tienda. El local también estaba dividido en dos: interna y externa; ¿en cual
crees que había mayor cantidad de compradores?
Yo tampoco lo podía creer, pero la interna estaba vacía. Creo que
mientras siga importando más el color de piel que el del alma, la belleza
interna seguirá muy olvidada.
Durante muchos años creí fielmente en que
existía, durante mucho tiempo la considere lo mejor de mi vida, entregaba mi
amor, mi confianza, hasta lo que no daba a mi familia, hasta que de pronto deje
de creer en ella. Deje de pensar que existía, comencé a tener dudas y hasta
ahora no se si exista la amistad. Aunque tengo amigas increíbles en mi vida, a
veces algunas personas hacen negarme a concebir la palabra amistad. En la tienda compre mucha amistad, quiero volver a cerrar
los ojos y sentirla recorrer mi vida, cada momento que paso y compartirle cada
sonrisa que saco. La amistad es maravillosa, lo mejor de la vida, pero es
difícil, muy difícil encontrarla; por eso mi carrito de compras sí que se llenó
de amistad. Muchas veces son necesarios, ni siquiera requieren de una palabra.
Son el consuelo de la vida, de una lágrima. Son la declaración de amor, son la
afirmación de cariño. Si vienen de personas especiales, se convierten en los
mejores recuerdos. Si vienen de la persona amada te recuerdan que eres
especial. Y si vienen de alguien que extrañas, son el regreso más
significante. Sonrisas y abrazos, los
necesarios para que jamás me hagan falta, porque me siento más segura cuando
sonrió, por eso compre muchas. Porque son el mejor consuelo, por eso muchos
abrazos. Felicidad, aunque es un
estado permanente de mi vida, algunas veces siento que está por terminarse.
Felicidad para todo, para lo especial, para cuando veo al chico guapo del que
estoy enamorada, para cuando voy a una fiesta, para cuando no hago nada, para
cuando duermo, para que nunca se agote. Fuera de una tienda decía: ideas, cuando entre la tendera me dijo
que no era literalmente una tienda, que era más bien una exposición de las
mejores ideas de todos los tiempos, cuando comencé a ver me encontré con cosas
como las siguientes: Con un sueño tú puedes crear una compañía de 1 billón de
dólares, Sam Walton. Con una idea puedes influenciar a miles de vidas, Ray Kroc.
Con un objetivo puedes conectar a todo el mundo, Mark Zuckerberg. Con tu
imaginación puedes cambiar el universo, Walt Disney. No se venden, llegan si te
encuentran valiente.
Me llevó todo el día de compras, que si amor, que me da un
poco de amistad, que un tanto de ayuda, que tolerancia, que me pone un poquito
más de humildad y recorrí cada tienda de ese extraño centro comercial, si, muy
extraño, ¿o tú conoces uno así? pero para mi sorpresa, cuando por fin pensé que
había terminado y que podía ir a casa con las manos llenas de bolsas, cajas,
envases y todo eso que compre, que me topo con otra tienda, estaba al final de
todas, era más grande que ninguna otra, había mucha gente, de todas edades,
variadas nacionalidades, que unos pobres, que otros ricos, que unos soñadores y
otros pragmáticos, de todo un poco. Era tan grande que me dio mucha curiosidad
por entrar y por saber que era lo que vendían ahí, cuando entre, todo era muy
conocido, había una que otra persona que había visto antes, todos caminaban,
algunos de prisa, otros lentamente, algunos tomaban el taxi otros el autobús, y
los más pudientes su auto. Yo no comprendía lo que vendían ahí, hasta que
entendí, es la tienda más grande de todas, si digo de todas es de todas, pero
no cuesta nada lo que puedes adquirir ahí, es gratis. Cualquiera puede tomarla
o dejarla. Todos podemos decidir sobre ella. Incluso ella también te puede dar
todo lo que yo compre en el centro comercial, gratis, todo es gratis. Está
llena de placeres, de amigos, de plenitud, de sonrisas y algunas veces también
te regala abrazos. La vida está aquí contigo, tómala, vívela, disfrútala,
aprovéchala, sonríele y te dará amor.
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