sábado, 12 de enero de 2013

Plan de Fuga.



¡Hoy! Hoy gran estreno, show especial a las 6:00pm ¡No faltes!
¡Mamá, mamá! Vamos al circo, mira hay un tigre en la jaula, ¡vamos, vamos!
No, no hay tiempo, ¡corre! Cruza la calle.
Gritos y lágrimas de: Me quiero quedar a ver al tigre desde tres metros atrás porque tengo miedo, de la pequeña niña.
Mientras tanto… el circo arribaba a la ciudad, la carpa era puesta, los artistas del circo eran limpiados, un poco alimentados y violentamente entrenados.
Ya todo listo para la primer función, los presentadores del circo ya tenían su traje de gala, los animales ya vestían esos adornos molestos y las butacas comenzaban a llenarse con padres obligados y niños pidiendo baritas luminosas, palomitas, refrescos, dulces y hasta el adorno inservible que vendían, ah y sin olvidar la peculiar foto que mide 1cm x 1cm y además pareciera que le ponen un efecto para que el niño salga deforme.
Todos apurados, nerviosos y ansiosos por conocer el público de la nueva ciudad que visitaban. Era el momento perfecto, el plan de fuga parecía tener el momento indicado, los protagonistas del show tenían un plan sin margen de error, bueno ni tan perfecto, la verdad es que no sabían a donde ir, como llegar a la selva, al bosque o al campo, a su hogar pues. Ellos solo querían dejar de ser gritados, maltratados y dejar de cargar un tipo en sus espaldas estando frente a unos aliens que no hacían más que mover las manos de un lado a otro.
Los animales escaparon, estaban rondando la ciudad y bueno, ya te imaginaras, la función estelar del circo, no fue ni función, menos estelar.
El elefante, los cinco tigres, los dos monos, el camello y los demás compañeros sabían reconocer cuál era su miedo. Una nueva idea de un acto, para ser educados, sin hacer todo lo que en su lugar de origen estarían cómodamente haciendo. El momento en que dejan el circo y enfrentan la ciudad es desesperante, pues solo salir del circo para poder ser ellos, animales sin raciocinio tratados por razonantes tratando de hacerlos razonar.
Después de destrozar un 10% de la pequeña ciudad, de miles de personas asustadas y muchas calorías perdidas por correr salvándose de una tremenda mordida del feroz tigre. Los animalitos fueron llevados a un lugar donde eran tratados como lo merecían.
Cuando creyeron haber estado a salvo, decidieron regresar en busca del circo, la verdad es que extrañaban a Pedro, su entrenador, que algunas veces también sabía decir: ¡Bien hecho! Con una sonrisa satisfactoria. Cuando estaban a punto de ir en busca de la colorida carpa, un pequeño y sabio búho les dijo: han superado la 1ra y 2da fase, reconocer su miedo y enfrentarlo. Antes de que vallan de regreso deben sellar el circulo, pero jamás lo olviden, pues si no, regresaran. ¡Supérenlo! Un mono pregunta: ¿Y después que haremos? Disculpa a todos aquellos que te encerraron, te hirieron y te hicieron mal. No los busques más y solo así podrás renacer. Búho desapareció rápidamente dejando en el aire cada palabra.
Las jaulas que esclavizan, solo atan el cuerpo: es la mente lo que te hace libre o esclavo.

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